Street Rod

Cuando muchos de los chavales de ahora piensan que los juegos de carreras ilegales y de tuning lo inventó la saga Need for speed, muchos de los más talluditos ya hace años que disfrutamos de Street Rod, un juego que ¡oh, sorpresa! ¡Va de tunning y de carreras ilegales!, y es que... chavales ya está todo inventado (je, je, je!).

Street Rod es un juego con una ambientación muy de la película Grease, (si hombre, la que protagonizaron Travolta y Olivia N.) en la que nos pondremos en la piel de un joven que aspira a convertirse en el mejor piloto callejero de la ciudad, y para eso, debemos vencer en carrera al Rey (The King, que llama el juego) que es el mejor piloto, y el que tiene el coche más chulo, para que vamos a engañarnos. Por si todo esto no fuese bastante tenemos una fecha límite para convertirnos en el mejor, y la tenemos puesta sobre el calendario de nuestro garaje.

Nuestro comienzo no es nada halagüeño, pues sólo tendremos un puñado de dólares. Miraremos en el periódico y compraremos un coche de segunda mano, como no comenzamos con una cantidad elevada, el coche que podemos comprar será bastante malo, pero afortunadamente podemos mejorarlo.

Tenemos un garaje donde preparar nuestras máquinas, podemos desmontar el motor, la caja de cambios y las ruedas, y recurriendo al periódico de nuevo tendremos la posibilidad de comprar componentes de competición que mejorarán las prestaciones de nuestro coche. Además también podemos tunear la carrocería quitando los parachoques, aplastando el techo (mejorará la aerodinámica), pintarlo de otro color, o personalizarlo con pegatinas.

Para esto necesitamos dinero, y éste los conseguiremos (como no) en las carreras ilegales. Eso sí mucho ojo con la policía, que si nos pillan corriendo, nos meterán una buena multa.

Hay dos tipos de carreras unas serán por dinero o prestigio y en otras nos jugaremos el coche, debemos ser precavidos y no lanzarnos como locos a conseguir coches nada más empezar, pues no seremos nada competitivos, y lo más fácil es que perdamos todo. Lo mejor será ir ganando dinero mediante carreras cortas, e ir mejorando el coche o ir comprando coches mejores. Eso sí, que no se nos olvide ponerle gasolina al coche, no sea que nos quedemos tirados en medio de una carrera. Por cierto, la gasolina no es gratis, je, je, je!

Para buscar adversarios, iremos a la hamburguesería que es el punto de reunión de los corredores ilegales, uno a uno pasarán por allí, podemos ver el coche que conducen, (pues saldrá la información debajo), y podremos retarlos, no todos querrán cualquier carrera, por lo que tendremos que tener paciencia.

Hay dos carreras, la del viaducto que es recta, y es más una carrera de aceleración, y otra carrera en las afueras de la ciudad, más larga y con curvas, (y más difícil, claro).

Las carreras, son con una perspectiva vista desde dentro del coche, si alguien ha jugado al test drive II, le resultará enormemente parecido a nivel visual.

Técnicamente, el juego es algo flojo. A nivel gráfico nos da la posibilidad de elegir entre cinco opciones de tarjeta gráfica (CGA, EGA, VGA, TANDY y HERCULES), pero la resolución es igual para todas. La hércules es monocroma, y la CGA con sus cuatro colores son las dos opciones menos potentes. En cuanto a las demás no son aprovechadas las diferencias técnicas entre ellas, ya que todas muestran 16 colores en pantalla e igual resolución, una pena, ya que contando con una opción VGA, ésta podría haber dado 256 colores, con lo que el juego hubiese mejorado muchísimo.

La opción para tarjeta de sonido no está disponible, así que nos tendremos que conformar con el beeper de nuestro PC con lo que eso supone, de todas formas el sonido no pasa de una melodía, y el ruido del motor de nuestros bólidos.

La simulación como podéis suponer no es muy real, y no es nada parecido a un coche real (tampoco olvidemos que no se habían acabado los 80 cuando salió este juego), la velocidad es la justa, por lo que al menos por ese lado favorecerá la adicción.

Y esa es precisamente la mayor baza de este juego, su gran adicción. Será por su originalidad, o por poder tunear los coches, o por desmontar y comprar las piezas, o por ser un macarra fuera de la ley, no lo sé, pero este juego tiene algo que te enganchará sin remedio.

Como resumen podemos decir que a nivel técnico el juego es mediocre, pero lo compensa con creces con sus otros ingredientes, por echar en falta, hubiese sido mejor con más carreras distintas, ya que sólo hay dos tipos de circuito, con lo que la dificultad no será muy alta una vez nos los aprendamos bien. Eso sí contra el rey la cosa será distinta.

Podemos decir que dentro de las capacidades técnicas de las distintas plataformas en las que salió el juego, la de PC es la peor aprovechada, ya que tanto en C64 como en la de Amiga (que es sin duda la mejor versión), supieron sacarle mayor partido.

Street Rod, es sobre todo un juego divertido, y te recomiendo que lo pruebes, ya que lo encontrarás fácilmente en la red para descargar.