Road Rash II

Para todos los que disfrutamos del Hang On con nuestra Sega (o mejor dicho con el Super Hang On en nuestras Megadrive), este Road Rash II vino a llenar el hueco que echaban en falta los amantes de las carreras de motos y además de todos los que somos un poco macarras y nos encanta dar leña (virtual eso siempre ¡je, je, je!).

Road Rash II es el segundo juego de una trilogía de Electronic arts. El argumento no es que tenga mucha historia. Se trata de competir en una serie de carreras por diversos circuitos en Estados Unidos, con una regla muy simple, no hay reglas.

La trama es sencilla una carrera, intentar ganar, que a su vez se traduce en sobrevivir a toda costa, esquivando a la policía, y soltando golpes a diestro y siniestro a nuestros competidores. Éstos tampoco son unos santos, y estarán armados hasta los dientes con cadenas y porras y no tendrán ninguna compasión de nosotros y ningún reparo en echarnos fuera de la carretera.

El juego posee todas las características y opciones que suelen tener estos arcades, como la típica tienda donde podemos cambiar nuestra moto por otra mucho más potente, a cambio de una sustanciosa suma de dinero. ¡Y ojo! el dinero no es nada fácil de ganarlo y si de perderlo (¡malditos polis, je, je, je!).

Cambiando de tercio, la pantalla se encuentra dividida en dos partes, la superior, es donde tenemos toda la acción del juego propiamente dicha, y en la inferior tenemos la información necesaria, velocidad, barra de energía, posición en carrera, y como nota curiosa y original (sobre todo en aquellos tiempos), dos retrovisores por los que podemos ver como nos acechan nuestros rivales en la carrera.

Visualmente tiene un gran parecido al Super Hang On, la perspectiva del

juego, decorados y motoristas, pero cuenta con una serie de mejoras que denotan que es más moderno y que lo diferencian del clásico de Sega. La carretera no es llana, puede que parezca una tontería, pero le añade más realismo y dificultad, pues los cambios de rasante son claves para poder esquivar el tráfico y evitar que salgamos volando por los aires. Los retrovisores como ya he comentado es otra mejora y a nivel general está algo más elaborado, además de que el "argumento" del propio juego no se limita a las carreras en sí, dándole un aire más arcade que deportivo. Con respecto a la trilogía en sí en mi opinión estamos ante el mejor de la saga, con lo que eso de "segundas partes nunca fueron buenas" no se aplica en este cartucho.

El juego goza de una excelente calidad técnica. A nivel gráfico, si lo hemos estado comparando desde un primer momento al Super Hang On, está claro que no podemos decir que sea malo precisamente, además si le añadimos, el tráfico, los decorados algo más elaborados y los cambios de rasante podemos darle una nota de notable alto, rozando el sobresaliente.

La jugabilidad también es de nota alta, la velocidad que posee el juego y la animación están muy conseguidas, con lo que la sensación de realidad (realidad de 16 bits, claro está) es bastante alta.

El sonido está acorde con el juego, y cuenta con una banda sonora muy buena, quizás demasiado, y eclipsa un poco los efectos, ya que prima la música sobre nuestra moto, aunque para esto están los bandos de jugones a favor y en contra (música o efectos). Entre los efectos sonoros, no queremos dejar de comentar, el grito agónico que lanza nuestro motorista cuando sale volando por los aires tras recibir un golpe, muy realista sin duda ¡je, je, je, mis pobres costillas!

La dificultad es correcta, algo difícil al principio, pero con práctica se irá solucionando el tema. Su gran baza es la adicción, porque es un juego divertido y que te hará pasar muchas horas dando caña a la moto...¡Y a tus rivales!